¿Cómo se reproducen los delfines?

Aunque cada vez son mayores y más precisas las investigaciones sobre la reproducción de los delfines, aún existen aspectos que permanecen ocultos al conocimiento del ser humano (los datos que se tienen sobre este tema han sido obtenidos principalmente con ejemplares en cautiverio). El cortejo, el momento de la fecundación, la etapa de gestación y el alumbramiento final, son procesos que han sido estudiados con sumo detenimiento, así como la etapa del año más favorable para la reproducción. Se supone que las costumbres asumidas por estos animales en estado de cautiverio, son similares, sino las mismas que podríamos observar con los delfines en su medio natural.

LA ETAPA DE CORTEJO

Uno de los rasgos más peculiares y llamativos de los delfines, es que pueden practicar el rito sexual por puro placer (se encuentran entre los animales que más relaciones sexuales tienen), por lo que muchas veces, esta actividad no guarda un fin reproductivo en sí. Se sabe además que esta especie no es monógama, ya que el macho se separará de la hembra una vez que la haya copulado. Cuando esto último sucede, la hembra contará entonces con la ayuda y el asesoramiento de otros delfines hembra, comúnmente conocidas con el nombre de parteras. De manera general, la nueva hembra copulada podrá disponer de la ayuda y la protección del resto del grupo, incluso mucho después de haber nacido la cría. Durante el ritual de apareamiento, el cortejo comenzará con una serie de juegos previos, consistente en saltos acrobáticos, chasquidos característicos (la hembra podrá silbar para dar a conocer que acepta al macho) y caricias esporádicas que se profesan hasta que finalmente, el macho y la hembra se acercan para juntar sus vientres y dar paso al proceso de copulación.

LA GESTACIÓN

En los delfines, la etapa de gestación toma lugar generalmente durante la época de la primavera y a comienzos del verano. Durante este período, la hembra buscará zonas templadas, evitando también las corrientes frías de agua. La gestación tomará lugar entre los 10 o 12 meses posteriores a la copulación (en dependencia de la especie), un espacio de tiempo en el que la hembra deberá ser protegida por el grupo, ya que se encuentra más susceptible a los ataques de depredadores. Para ello, los delfines machos rodearán la mayor parte del tiempo a la futura madre, y a la hora del parto, será asistida por otro ejemplar hembra. De hecho, los delfines son uno de los pocos animales que poseen parto asistido.

EL PARTO

El parto puede tomar en cualquier lugar del mar, y en la mayoría de las ocasiones, la madre dará a luz a una sola cría (salvo algunas especies pequeñas de delfines que pueden dar a luz hasta dos crías). A diferencia de lo que ocurre con los mamíferos terrestres, el alumbramiento en un medio acuático puede ser terriblemente peligroso para el delfín, ya que la sangre y los fluidos propios del parto pueden alertar a los depredadores con gran facilidad, incluso, aunque se encuentren a varios kilómetros de distancia. Como mencionábamos anteriormente, las madres son asistidas por otro delfín que actúa como comadrona, el cual se encargará de extraer a la cría del interior, mientras el resto de los miembros nadarán en círculos para brindarle mayor seguridad y tranquilidad a la madre. Una vez que se ha producido el alumbramiento, el pequeño delfín asomará primeramente la cola, algo contrario a lo que sucede con el parto de un ser humano, ya que estos animales pueden respirar dentro de la matriz de la madre, y en caso contrario, podrían correr el riesgo de asfixiarse.

TRAS EL PARTO

Una vez que el recién nacido ha abandonado el vientre materno, tocará el turno de nadar junto a su madre hacia la superficie, con lo cual podrá realizar su primera toma de oxígeno. Sucede con frecuencia que el pequeño delfín es aún muy débil, por lo que la madre se ubica por debajo de él para empujarlo hacia arriba y alcanzar la superficie más rápidamente. 
Posterior a la toma de oxígeno, el recién nacido buscará nuevamente a su madre para ser amamantado. Las glándulas mamarias de la madre contendrán suficiente leche para alimentar a su cría durante todo un año o año y medio. Aquí también existe un hecho sorprendente, y es que a diferencia del resto de los mamíferos que succionan los pezones, en los delfines es la madre la que debe contraer sus músculos para iniciar el flujo de leche hacia la boca de su pequeño.



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